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Conductas prosociales y violencia escolar en la adolescencia

La violencia escolar es uno de los mayores problemas sociales dentro del contexto educativo, debido al incremento de casos de acoso juvenil en los últimos años. El incremento de los casos de acoso juvenil en los últimos años ha generado cierto interés y preocupación social por el acoso escolar o bullying, así como, otro tipo de violencia también muy utilizada por los jóvenes como el ciberacoso escolar o ciberbullying. Cabe destacar la diferencia entre violencia escolar y acoso, ya que no es lo mismo aunque muchas veces se utilizan en el mismo sentido. El acoso escolar hace referencia a un tipo de violencia que tiene un carácter continuado y repetitivo, mientras que la violencia escolar no es necesario que se ejecute de manera prolongada (cualquier tipo de acto violento ya se considera violencia escolar). Los diferentes cambios que se viven a nivel físico como psicológico dentro de la adolescencia pueden provocar ciertas conductas problemáticas como es la violencia escolar. Investigaciones recientes exponen que la presencia de violencia escolar interfiere de manera negativa en aspectos como el rendimiento académico y el propio bienestar de los adolescentes, entre otros. Se estima como variables como las conductas prosociales fomentan la socialización positiva entre pares, reduciendo así los casos de violencia escolar e incentivando un clima escolar basado en la cooperación y la empatía. Atendiendo a los beneficios que tienen las conductas prosociales, el presente trabajo tiene un doble objetivo. Por un lado, esta investigación de revisión sistemática pretende conocer la relación existente entre la violencia escolar y las conductas prosociales con el objetivo de identificar si las conductas prosociales actúan como un factor implicado en la violencia escolar. Por otro lado, una vez analizados los estudios que darán respuesta al primer objetivo, se realizará un análisis cualitativo de los resultados obtenidos para conocer la relación existente entre las variables a estudiar.


La metodología empleada ha estado basada en las directrices aportadas por PRISMA 2020 para la realización de revisiones sistemáticas de calidad. La búsqueda bibliográfica fue realiza en noviembre de 2021 mediante las bases de datos de Web of Science, Scopus y PsycINFO, así como, se consultó Google Académico como un complemento de ayuda para ahondar en la materia a investigar. La fórmula de búsqueda se encuentra compuesta por unos descriptores y unos operadores booleanos concretos. Así pues, para la búsqueda en español la fórmula de búsqueda fue “conducta prosocial AND violencia escolar OR acoso escolar”, mientras que en inglés ha estado detallada como “prosocial behavior AND school violence OR bullying”. Para la selección de los estudios se han tenido en cuenta unos criterios de elegibilidad como que la muestra estuviera compuesta por adolescentes neurotípicos, cuya publicación fuera tanto en español como en inglés de los últimos cinco años en revistas de alto impacto, que estuviera accesible el texto completo y que los resultados aportasen evidencias significativas de las variables analizadas. Dicha selección de estudios y extracción de datos fue realizada por dos revisoras que se han encargado de examinar tanto el título como el resumen de dichos estudios con la finalidad de incluir en esta revisión sistemática solo aquellas investigaciones que estudian la violencia escolar y las conductas prosociales en estudiantes adolescentes. Se obtuvieron un total de 24 resultados.

Los resultados encontrados señalan que ciertos factores como las emociones, la satisfacción con la vida, la empatía, el apoyo familiar o el uso estrategias educativas adecuadas reducen el uso de comportamientos violentos en los adolescentes. Por otro lado, se destaca como los adolescentes que presentan menores comportamientos prosociales, a su vez, realizan mayores actitudes agresivas; así pues, los jóvenes con un nivel bajo de prosocialidad tienen relaciones problemáticas con sus iguales. Esta idea se vincula a que los adolescentes que actúan bajo el rol de acosador o víctima tienen unos niveles más bajos de comportamientos prosociales que los no involucrados. Atendiendo a las diferencias encontradas según el sexo, los adolescentes varones se caracterizan por poseer bajos niveles de empatía y prosocialidad, mientras que las chicas reportaron mayores comportamientos prosociales y bajos niveles de acoso escolar. Una vez examinados los estudios que componen la revisión sistemática, se dio paso al análisis cualitativo. La realización de este análisis cualitativo tiene como utilidad conocer las diferentes conexiones y relaciones existentes entre los distintos resultados obtenidos en la previa revisión sistemática acerca de las conductas prosociales y la violencia escolar. Así pues, cabe destacar como dicho análisis cualitativo sirve para examinar en profundidad los estudios seleccionados y realizar nexos entre los resultados aportados. Algunos de los resultados obtenidos son como las conductas prosociales se abordan con temáticas como el clima escolar, la motivación o la autoeficacia social, mientras que la violencia escolar se expone con el apoyo percibido, el género, la edad o la regulación emocional.


Para finalizar, es preciso resaltar como las conductas prosociales son un elemento que moderan la violencia escolar, ya que actúan de manera positiva en la disminución de los comportamientos problemáticos y, por tanto, ayudan a reducir la violencia en los centros educativo. Así pues, se sugiere la importancia de potenciar las conductas prosociales en la etapa de la adolescencia con la finalidad de contribuir a un clima escolar positivo, con menores casos de violencia escolar e incentivar así el bienestar personal de los estudiantes.


Alba González-Moreno

María del Mar Molero-Jurado

Universidad de Almería




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