Organizamos nuestra vida en comunidad, vivimos, convivimos y compartimos recursos con otras personas con las dificultades y retos que conlleva. Por ello nos formamos también en comunidad y con la voluntad de enriquecerla, para que nos permita vivir mejor, más libres y en mayor bienestar posible para todas las personas. En un mundo en el cual este bienestar no está garantizado, al menos si lo pensamos para el conjunto de la población, buscar maneras de educar para una ciudadanía que sea capaz de la mejora social y el compromiso con el entorno, se vuelve un imperativo ético. Creemos que el aprendizaje-servicio (ApS) es una potente herramienta para el desarrollo de este compromiso social y el enriquecimiento de las redes comunitarias para la mejora del entorno.
En los últimos años esta propuesta se ha extendido en diferentes ámbitos y niveles educativos, pero la capacidad transformadora de la experiencia no reside solamente en el valor de las experiencias aisladas, sino que hemos observado como despliega sus potencialidades en el ámbito local. Cuando arraigan experiencias de trabajo en red en el territorio, se generan ricas sinergias entre agentes, proyectos más conectados con las necesidades reales del territorio y que movilizan y enriquecen las relaciones comunitarias. De manera que observamos interesantes apuestas que ayudan a construir potentes pueblos y ciudades educadoras.
Son diversos los municipios que han apostado por este tipo de trabajo en red y es interesante observar tanto la manera en que lo han conseguido, como las interacciones que se producen entre aprendizaje-servicio y territorio. En un artículo publicado recientemente en Teoría de la Educación, aportamos las reflexiones a partir de diferentes municipios que han hecho apuestas educativas amplias -de pueblo o ciudad- que incluyen el aprendizaje servicio como herramienta que promueve el trabajo en red en el territorio. Hemos observado como la construcción de estas apuestas educativas con implicación de las administraciones locales a través del aprendizaje-servicio, nos permite caminar de experiencias concretas, a veces aisladas, y avanzar hacia la construcción de redes educativas que trabajan conjuntamente y que tienen un horizonte de bien común.
El trabajo es un análisis documental de experiencias anteriores a la que se suma el acompañamiento de tres territorios catalanes (Barcelona, Sant Cugat y Puig-Reig) que nos abrieron las puertas y permitieron acompañar parte de su proceso. De modo que pudimos llevar a cabo una investigación-acción, donde reflexionar juntas sobre la realidad y generar propuestas para volver a aplicar para ver la transformación que se generaba.
Ilustración 1. Noticia sobre una de las acciones conjuntas de ApS en Puig-Reig. “Escuelas, vecinos y entidades de Puig-Reig trabajan juntos contra la lucha contra el cáncer”. Fuente: Regió 7
Se trataba de realidades municipales muy diversas. Pudimos acompañar un municipio como Sant Cugat que hacía años apostaba por el impulso de experiencias de ApS y ahora quería consolidar una apuesta sostenible dentro del proyecto educativo de ciudad. También nos encontramos con un pueblo pequeño como Puig-Reig que consiguió generar un formato a su medida donde todos los centros educativos se vuelcan anualmente en un gran proyecto conjunto de ApS de pueblo. Incluso una experiencia de un área concreta, como la de Justicia Global en la ciudad de Barcelona, en la que se ha consolidado un programa para que las entidades del área repiensen sus prácticas en clave de aprendizaje servicio y una estrategia para arraigar las experiencias con la red de los distritos donde aterrizan.
En el texto, desde el GREM (Grupo de Investigación en Educación Moral), el Centro Promotor de ApS y los equipos de territorio; resaltamos las principales líneas de acción a desarrollar para generar una apuesta local de aprendizaje-servicio en el ámbito territorial y las principales acciones que incorporan. Destacando en primer lugar la forma de aproximarse al territorio, como definimos el punto de partida y el reto de manera conjunta, Para luego hacer un diagnóstico compartido, mapeando los recursos en clave de ApS e identificando posibles agentes a incorporar en la apuesta. De modo que se pueda pasar a la promoción experiencias, a partir de la formación, asesoramiento y apoyo, tan organizativo como incluso económico. Sumando también estrategias para comunicar la apuesta y celebrar conjuntamente la participación de todos los agentes. A su vez, se incorporan los principios que guiaron estas acciones como ejes transversales en los cuales se focalizan los esfuerzos en cada una de las estrategias, como son la apertura, el reconocimiento, la coherencia y la sostenibilidad, entre otros.
El artículo se cierra apuntando algunas reflexiones sobre la interacción de aprendizaje-servicio y territorio. Observamos como la generación de redes de arraigo del aprendizaje-servicio a nivel local ponen de relieve la agencia educativa de los diferentes agentes del territorio, más allá de los centros educativos potenciando el trabajo de entidades, equipos técnicos locales, equipamientos, entre otros. Creando entre ellos relaciones ricas de colaboración conjunta para sacar adelante proyectos. A su vez, genera espacios de trabajo en red en los grupos de impulso de experiencias que dan vida a la apuesta local a partir de colaboraciones codo con codo. Por lo que observamos que el aprendizaje servicio es una propuesta que se manera natural hace que “el territorio se comprometa con la educación, se fortalezca el sentimiento de pertenencia a la comunidad y una manera de entender la ciudadanía” (p. 259); contribuyendo así a generar pueblos y ciudades cada vez más educadores.
Brenda Bär Kwast
Universitat de Barcelona
Laura Campo Cano
Centro Promotor d´Aprenentatge Servei
Laura Rubio Serrano
Universitat de Barcelona
