En este artículo nos planteamos qué se entiende por pedagogía digital hoy en día y cuál es la relación entre educación y tecnología digital así como sus definiciones. Para ello, analizamos los artículos científicos publicados en los últimos veinte años (2001-2022) en la base de datos Web of Science (WoS) sobre “pedagogía digital”, siguiendo el protocolo PRISMA, como método de trabajo para proceder a dicho análisis.
Los desarrollos en torno a la pedagogía digital, más temprano que tarde, deben enfrentar el reto de su definición. Saber qué se entiende, qué se hace cuando se hace pedagogía, no es un tema nada fácil de caracterizar, supone una complejidad epistemológica y es estricto sensu, una línea de investigación (Díaz-Soler, 2020). En este intento por conocer qué se entiende por pedagogía digital en la literatura científica, este trabajo pone de manifiesto la existencia de dos líneas clásicas de comprensión. Por un lado, más común en el mundo anglosajón, que entiende “pedagogy” como sinónimo de métodos de enseñanza y aprendizaje (Watkins y Mortimore, 1999) y la otra línea, la crítica, orientada a entender la educación como un hecho político donde, además de orientar el aprendizaje, es preciso esclarecer preguntas sobre el sentido de la educación (Giroux, 1997). Esta escisión entre pedagogía como metodología y pedagogía crítica permanece en los trabajos analizados sobre la pedagogía digital.
Así, existen dos grandes líneas de trabajo tradicionales: la que entiende que la pedagogía son los métodos de enseñanza y aprendizaje y la que considera la educación como una acción política donde debemos orientar el aprendizaje, a partir de la toma de conciencia acerca de la finalidad del hecho educativo. Ambas se mantienen cuando estudiamos qué se entiende por “pedagogía digital”. Mientras para concebir la pedagogía digital como metodología, puede ser viable investigar sobre la eficacia didáctica de un entorno virtual concreto para el trabajo en grupos cooperativos, la pedagogía critica podría enfocar el problema del uso de datos en la mediación cooperativa con esa misma plataforma; en los dos casos, bajo enfoques y metodologías de investigación diferentes.
De manera que tras el estudio de estos trabajos podemos afirmar que las definiciones de pedagogía digital giran en torno a tres grandes grupos: la pedagogía como metodología de enseñanza, la pedagogía crítica y un tercer grupo más novedoso, que pone de manifiesto problemas sin resolver dentro de este ámbito, generando preguntas que pueden ser respondidas desde la investigación y que implican un estadio de transición en el desarrollo de la disciplina, donde el enfoque empleado en cada caso, está relacionado con los problemas a los que se busca dar solución desde la Educación, priorizando distintas acciones.
Por tanto, no se puede entender la tecnología digital, que forma parte de los procesos de aprendizaje, como neutra e impoluta, sino que también se debe tener en cuenta desde qué noción se concibe. No basta la tecnología para hablar de pedagogía digital, hace falta una visión conceptual que desarrolle una línea de trabajo consistente y de impacto en la educación sobre el desarrollo digital. Eso sí, esa construcción pedagógica sobre el futuro, como señala Meirieu (2021), no se hace a expensas de la tradición, de lo que ya está desarrollado; al contrario, esto sería perder la perspectiva por la novedad digital.
Por ello, es necesario esclarecer desde qué marco conceptual “hacemos” pedagogía digital, ya que según Ornellas y Sancho (2015) la educación en las aulas se asienta sobre estos planteamientos pedagógicos acerca de la tecnología. Esta delimitación conceptual no es solo un problema de la pedagogía, la política y la gestión, sino que desde la investigación y la práctica educativa se requiere atender este problema.
No obstante, como se puede observar en los resultados, entre ambas concepciones de pedagogía hay una gama de matices que ponen de manifiesto que no es posible equiparar los estudios sobre pedagogía digital y hablar de un único desarrollo teórico-empírico en una línea marcada como pedagogía digital. Esto es, respecto a la pedagogía digital en la literatura científica en dos décadas, hay dos visiones consolidadas junto con otras visiones emergentes.
Ahora bien, este trabajo cuenta con algunas limitaciones, ya que solo se centra en el análisis de la literatura científica. Queda pendiente analizar lo que prescribe la normativa educativa al respecto, la formación docente impartida, la visión del concepto que tienen docentes y familias, lo que se dice en los medios de comunicación y las redes sociales y lo que señalan como prioritario los programas.
En síntesis, es importante que la pedagogía digital pueda valorar las aplicaciones tecnológicas que ofrecen nuevas formas de hacer, pero también de atender las ideas -definiciones, expectativas, mitos o dilemas-, desde donde se piensan. Este tipo de conocimiento posee un valor real para la praxis educativa porque cumple un papel significativo en la representación de la tecnología en la enseñanza (Blau et al., 2018). Esto se consigue dando cabida a nuevos espacios y tiempos para el trabajo compartido, para el intercambio de experiencias y aprendizajes, con nuevas metodologías y actividades que den lugar al diálogo y el intercambio.
Cristóbal Suárez Guerrero
Universitat de València
Prudencia Gutiérrez Esteban
Universidad de Extremadura
Desirée Ayuso del Puerto
Universidad de Extremadura

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